Mar 11, 2017
03 El Sol Dormilón.
Una mañana el Sol no se despertó,
se quedó acostado detrás de la montaña. A mediodía todo estaba
oscuro.
Las flores aún no se habrían, los
animales del bosque estaban en pijama
y todo el mundo tenía
frío.
La rana dijo:- “Yo voy a despertar
al Sol. Croac, croac, abre los ojos flojo”.
Pero el Sol no se
despertó.
El león dijo: - “Yo sí que rujo
fuerte, hago temblar a todos los animales.
Yo lo despertaré: Grr, grr, grr,
vamos Sol, despiértate.
¡Vístete! ¡hay que ir a trabajar!”.
Pero el Sol no se despertó.
Todos los animales gritaron a la
vez:
“Sol, Sol, despiértate!” Pero el Sol
no se despertó.
Entonces el gallo se paró sobre el
techo de una casa
y cantó muy fuerte y largo rato: -
“¡Cocorocooo, quiquiriquii!”.
Y el Sol comenzó a despertarse y a
subir muy alto en el cielo.
Y de allí en adelante, cada vez
que el gallo canta, el Sol se levanta rápidamente,
pues teme enfermarse de los oídos
con ese canto tan fuerte.
Así se pone sus ropas brillantes y
parte de viaje por el cielo…